Fecha: 5 de julio de 2023
En una reciente entrevista con el artista plástico Abel Aguilar, nos adentramos en su fascinante trayectoria y descubrimos cómo su pasión por el arte prehispánico lo ha llevado a encontrar su propósito de vida y a compartir su conocimiento con los demás.
Aguilar, proveniente de una familia campesina, relató cómo desde temprana edad se sintió atraído por las figurillas prehispánicas que encontraba en los ríos y zonas arqueológicas. Sin entender del todo su fascinación, comenzó a recolectar y tallar piezas con diferentes materiales como la liria del nogal, el carrizo y el tronco de calabaza. Incluso en aquel entonces, encontró una manera de vender sus creaciones y obtener algo de dinero.
Sin embargo, su camino artístico se vio interrumpido cuando emigró a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades económicas. En ese país, Aguilar experimentó una pérdida de identidad al encontrarse rodeado de personas de diversas culturas y sentir la necesidad de buscar su propia identidad. A pesar de las dificultades, el deseo de crear y tallar nunca desapareció de su vida.
Después de pasar un largo tiempo en Estados Unidos, Aguilar regresó a su país natal y decidió tomar un curso de guía turístico. Esta experiencia le brindó la oportunidad de trabajar en la zona arqueológica de Monte Albán, donde encontró un tesoro inesperado. Un arqueólogo alemán le entregó un valioso grifo que despertó su interés en los calendarios prehispánicos.
A partir de ese momento, Aguilar se sumergió de lleno en la investigación y comenzó a desarrollar talleres en escuelas y municipios, con el objetivo de difundir la filosofía zapoteca y ayudar a las personas a encontrar su camino de corazón a través del arte. Para él, es esencial prestar atención a lo que realmente nos gusta desde la infancia y trabajar en desarrollar esas pasiones.
Aguilar resalta la importancia de conocer nuestras raíces y tener conciencia de hacia dónde queremos dirigirnos. A través de su proyecto artístico, busca promover la auto-realización y el cambio personal, animando a las personas a descubrir su propósito de vida y seguirlo con pasión.
Si bien este enfoque aún no ha sido ampliamente difundido, Aguilar considera que es fundamental que las personas conozcan esta filosofía y tengan la oportunidad de experimentarla. Sus talleres en escuelas y municipios buscan recuperar la esencia de la filosofía zapoteca y permitir a las personas encontrar su propio camino de realización personal.
La historia de Abel Aguilar es un recordatorio inspirador de cómo el arte y la conexión con las raíces culturales pueden guiarnos hacia la auto-realización y la búsqueda de nuestro propósito de vida.